viernes, 15 de marzo de 2013

Triunfos, Francesco Petrarca

I
Cuando vuelven de nuevo mis suspiros
por la dulce memoria de aquel día
que fue comienzo de martirios largos,

el Sol ya iluminaba los dos cuernos 
de Tauro, al mismo tiempo que la Aurora 
corría en la frescura a su morada.

Amor, desdenes, lágrimas y tiempo
al cerrado lugar me condujeron
donde el pecho reposa toda pena.

Cansado de llorar sobre la hierba,
una luz vi, vencido por el sueño,
con mucho dolor dentro y placer breve.

Vi a un jefe victorioso cual si fuera
uno que al Capitolio condujese
su carro de triunfo hacia la gloria.

Y, que de tal visión gozar no suelo
por el adverso siglo en que me encuentro,
carente de virtud, de orgullo lleno,

miré aqaquella figura rara y bella
elevando mis ojos ya cansados
porque sólo saber es mi deseo.

Cuatro corceles vi como la nieve,
y en un carro de fuego un joven fiero
con un arco y saetas en la aljaba;

nada temía pues ni escudo o cota
llevaba sobre sí, sino dos alas
de mil colores, y desnudo el resto.


Francesco Petrarca, Triunfos , sección I, Editora Nacional.  Seleccionado por Natalia Sánchez Martín,  segundo de Bachillerato, curso 2012/2013.

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